Recientemente se ha cuestionado la utilidad de las pruebas cutáneas estandarizadas para la alergia a la penicilina en la población pediátrica.

Los retos de drogas orales, cuando son apropiados, son preferidos a las pruebas cutáneas, y pueden descartar definitivamente la alergia inmediata a las drogas mediadas por IgE. Hasta donde sabemos, este es el único estudio pediátrico que evalúa la fiabilidad de una herramienta de estratificación de la alergia a la penicilina usando un algoritmo clínico electrónico y en papel. Mediante el uso de un algoritmo electrónico, identificamos 61 pacientes (de 95 considerados no alérgicos por la decisión del alergólogo del patrón oro) como de bajo riesgo de alergia a la penicilina, sin falsos negativos y sin necesidad de evaluación del alergólogo o pruebas cutáneas. En este estudio, demostramos que un algoritmo electrónico puede ser usado por varios clínicos pediátricos al evaluar la posible alergia a la penicilina para identificar de manera confiable a los pacientes de bajo riesgo. Identificamos que el algoritmo electrónico era superior a la versión en papel, captando un porcentaje aún mayor de pacientes de bajo riesgo que la versión en papel. Al desarrollar un algoritmo electrónico para evaluar con precisión el riesgo de alergia a la penicilina basado en un historial apropiado, sin necesidad de pruebas diagnósticas o evaluación de alergólogos, podemos facultar a los profesionales de la salud no alergólogos para quitar la etiqueta de forma segura a los pacientes pediátricos de bajo riesgo y ayudar a aliviar los tiempos de espera de la subespecialidad para la evaluación de la alergia a la penicilina.

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